jueves, 30 de junio de 2016

HARRY CLARKE: LA LINEA ELEGANTE AL SERVICIO DE LA DECADENCIA



"Cuentos de misterio o imaginación"


El dublinés nacido en 1890, es uno de esos ilustradores que a pesar de su corta producción, debido a su temprana muerte, ha marcado a generaciones posteriores con su estilo elegante, detallista y a la vez siniestro, simbólico y oscuro. Nace en una familia que le aporta, ya desde muy pequeño, el ambiente artístico y se lo inocula en las venas. Su padre se dedicaba al arte vitral, realizando y decorando vidrieras religiosas, de hecho su taller gozaba de fama y los encargos eran continuos. Harry aprendió el oficio muy pronto, y ahí empezó a controlar los grandes espacios, a distribuirlos de manera asimétrica, y a controlar el detalle pausado y elegante en la linea de sus diseños, que muy pronto aparecerían en sus primeros trabajos como ilustrador editorial.


"Cuentos de hadas" de Andersen

Le cuesta introducirse en el campo editorial, pero una vez conseguido, sus trabajos empiezan a deslumbrar. Es ilustrando a Poe, en sus "Cuentos de misterio o imaginación", donde alcanza su madurez artística. Su línea elegante , firme pero muy elaborada y adornada con un increíble detallismo, cercano al estilo surrealista. Los ornamentos complicados, que se reparten por toda la composición, no molestan ni destruyen, la división de blancos y negros de sus ilustraciones. La introducción de figuras extrañas que conllevan significados simbólicos empieza a introducirlos ya en una de sus primeros grandes trabajos, los "Cuentos de Hadas" de Hans Christian Andersen.


"Cuentos de misterio o imaginación"



"Cuentos de misterio o imaginación"

A pesar de la oscuridad de sus ilustraciones, denotan cierta tristeza y cierta visión poética de los textos que ilustra, de ahí esa delicadeza en las líneas que contrastan con los rostros macilentos y cadavéricos de sus personajes. En otras ocasiones su trazo denota cierta flema británica con figuras irónicas o burlescas, pero siempre rodeadas de la oscuridad penitente de la que hacía gala Clarke. A destacar también la excelente trama arabesca que plasma dando texturas y volumen a sus figuras. La plumilla y la tinta china muestran a uno de los grandes maestros de esta técnica, siempre difícil y complicada.


"Cuentos de misterio o imaginación"


"Cuentos de misterio o imaginación"




"Cuentos de misterio o imaginación"



"Cuentos de misterio o imaginación"


"Rime of the Ancient Mariner"

Clarke, no solo trabajó la plumilla y la tinta china, su experiencia con el color en vidrieras, le hizo dominar también la cromática, eso si, sus composiciones seguían la línea de su estilo: grandes espacios y elementos figurativos escasos pero muy detallados. Esa pincelada fina, y elegante se mantenía en todas sus obras, potenciándola cuando la usaba para invadir de detalles una zona o una figura. Eso si, la iluminación de escenas no obedece a focos de luz concretos, sino que predomina una luz general frontal, básica, no entrando en claroscuros o en contrastes de luz, prácticamente la iluminación es aséptica lo que ayuda a mostrar los mundos extraños que ilustra, mundos que pertenecen a los sueños, a lo onírico, a lo no- real.


"Cuentos de misterio o imaginación"


"Cuentos de misterio o imaginación"

"Cuentos de misterio o imaginación"




Harry Clarke también ilustró a  Andersen en sus "Cuentos de Hadas" (1916), uno de sus primeros e importantes trabajos. A Charles Perrault en una selección de cuentos infantiles y juveniles en 1922. Pero es con el Fausto de Goethe donde definitivamente alcanza su culmen. El simbolismo oscuro y grotesco que ya venía mostrando en anteriores obras como sus adaptaciones de Poe, le acercan al expresionismo alemán, pero esta vez, lo grotesco e irónico deja paso a la seriedad y a la profundidad de lo oscuro, a la decadencia de la historia,mostrando fielmente todo su desarrollo y toda la angustia provocadora del texto del alemán.


Fausto


Fausto


Fausto




Fausto



Fausto



Fausto



Es curiosa la dicotomía creada a lo largo de su vida entre una educación estrictamente católica y el gusto por lo macabro, por la oscuridad y lo tétrico, dicotomía que se ve reflejada en su escasa obra, y que marcaría un carácter cerrado e introvertido, también aumentado por su frágil salud. Harry Clarke fallece en Suiza de tuberculosis, en 1931, quizás el último artista que supo mostrar la decadencia del alma.






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